Una charla retro con Salvador Giménez
El sábado 12 de mayo nos visitó en la radio el actor Salvador Giménez. No sin antes aclarar: «no se cuelguen de mi nombre».
La excusa fue hablar de la obra de Anton Chejov que estaba a punto de estrenar (y ya estrenó… y sigue en cartel). Sin embargo, eso nos dio pie a conversar largamente sobre su pasado, su entrada a las tablas de los escenarios y sus tiempos de heladero, con Jompa Fessler.
Primera parte de la entrevista con Salvador Giménez. Nos dedicamos a evocar el pasado
En esta parte del audio nos cuenta cómo llegó a decirse actor…
De la obra «De qué te sirve saberlo«, de su hermana Nan Giménez
De sus clases de teatro con Raúl Serrano («un teórico») y luego con Alejandra Boero… Y cómo se gestó su regreso a Misiones, sin preverlo, a partir del contacto con Iván Moschner, alla por los 90.
– ¿Y como empezaste en las tablas?
– Desde muy chico siempre fui mentiroso. Contaba grandes historias… y me creían. Pero lo que me decidió fue ir a ver la película «El silencio», de Ingmar Bergman. Fue en el cine Sarmiento, recuerdo y tendría 14 años. Vi esa película y no entendí nada de lo que pasaba. Pero esa atmósfera oscura me llenó de algo inexplicable. Y salí diciendo «yo quiero hacer eso«. Sumado a mi mitomanía, me largué a hacer teatro.
Nos divertimos evocando el tiempo en que pusieron una heladería cerca de la Rotonda, con Jompa Fessler… Actividad que sí o sí iba combinada con la meditación zen de las mañanas y las clases de clown de las tardes. Y que solía terminar los sábados con las funciones en los galpones de «La Murga de la Estación«, cuando aún eso era parte de la vieja estación de trenes; la de verdad.
«Jompa era muy de cambiar las cosas sobre el escenario, así que siempre nos peléabamos; ya era parte de la rutina. Yo me enojaba mucho, pero el público se reía», cuenta Salvador.
Segunda parte de la entrevista con Salvador Giménez. Volvimos al presente
En esta parte hablamos de aspectos internos de la premiada obra «La Prudencia«, con Mónica Leal y Claudia Luque… y actualmente con Walter Bogado y Claudia Luque.
Y luego retomamos el tema del día: el estreno de la obra «Pedido de mano«, de Anton Chejov, dirigida por Silvina Warenycia, con Salvador en escena, además de Alejandro Scholler, Carina Noemberg y la música en vivo de Matías Almirón.
¿Por qué hacer Chejov hoy en día?, se pregunta el actor. «Porque me gusta, punto número uno. Y porque es un clásico, y como tal está siempre vigente. Y no se está haciendo mucho».
Cabe decir que se trata de una pieza cómica breve que abrió el juego con mucho éxito en el público y que seguirá en cartel durante este año, sumando otra obra breve de Chejov *»Sobre el daño que causa el tabaco») que en este caso Giménez dirige e interpreta Scholler.
Además de adelantar detalles de una gran producción que se estrenará a fin de este año en el Parque del Conocimiento.
Terminamos hablando de la vida social en Posadas y otras yerbas.
Y Salvador recordó esta nota hecha por Ivana Roth en El Territorio, en «aquellos buenos viejos tiempos».
Lo que se dice una entrevista surtida.